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marzo 09, 2019 2 lectura mínima
En agosto de 2017, todos vimos horrorizados cómo los rohingyas eran expulsados de sus hogares y su patria en Myanmar y huían a Bangladesh. Se envió ayuda humanitaria y los reporteros acudieron en masa al lugar. Increíblemente, cientos de miles de refugiados permanecen en asentamientos temporales en Cox's Bazaar, Bangladesh. La Misión Internacional Independiente de Investigación sobre Myanmar, con mandato de la ONU, consideró que esta última persecución de los rohingya es un “ataque generalizado y sistemático contra [civiles]” que incluye “asesinatos, encarcelamientos, desapariciones forzadas, torturas, violaciones, esclavitud sexual y otras formas de de violencia sexual, persecución y esclavitud”
El sitio más grande, el sitio de expansión Kutupalong Balukhali, alberga aproximadamente 626,500 rohingya a principios de 2019.
Un pequeño bolsillo de esperanza en este desastre humanitario se encuentra en una cooperativa de costura de mujeres llamada Testimony Tailors. Escuchamos de este grupo durante las vacaciones, y su historia conmovió los corazones de todo el mundo. La iniciativa de Testimony Tailors va mucho más allá de la práctica habitual de brindar 'ayuda humanitaria' y, en cambio, permite una combinación única de empleo, desarrollo de habilidades, desarrollo cooperativo y sanación, todo en forma de un grupo de sastrería. Comenzando con solicitudes de donantes para comprar máquinas de coser, la iniciativa emplea a niñas y mujeres jóvenes que han sufrido violencia sexual, brindándoles un lugar seguro para trabajar y reunirse y contar sus historias y sanar.
Más allá del trabajo, los hermosos vestidos son cosidos para otros jóvenes de la comunidad. Son aún más exquisitos porque el patrón y el estilo son elegidos por las mujeres, en lugar de enviarse como herencia desde los EE. UU. y Europa. Se trata de vestidos de hermosos estampados florales, hechos a nuevo y con mucho cariño por compañeras de las niñas y mujeres que reciben los vestidos de forma gratuita. cada destinatario recibe una fotografía de sí misma con el vestido nuevo. Varias historias indican que las jóvenes que no tuvieron otra opción que casarse a una edad temprana para sobrevivir sin una familia en los campamentos con ellas, han podido mantenerse independientes gracias a su empleo en la cooperativa Testimony Tailors. Es el primero de su tipo, donde personas de todo el mundo pueden comprar un producto hecho por un refugiado para dárselo a un refugiado y todas las ganancias beneficiarán a esos refugiados.
Las últimas noticias de Testimony Tailors indican que el Sunflower Sewing Club fue desarrollado para niñas que son demasiado jóvenes para trabajar. El Club de Costura elabora móviles y otras artesanías para embellecer los días de las más jóvenes.
por Meg Wirth
Foto de Testimony Tailors, Bangladesh
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